miércoles, 3 de agosto de 2011

En la era Humala: El Perú de cara al futuro


El Perú es un país con un Estado excluyente, perverso y de profundas desigualdades, peligrosamente fracturado en dos mitades social y políticamente y  en dónde no obstante su complejidad, la percepción del grueso de sus ciudadanos sigue siendo la apuesta por el cambio y la esperanza. En este contexto, no están ausentes las expectativas de quienes están dispuestos a fomentar el desorden y el caos social. Tampoco las tentaciones extremistas de algunos, ni las imprevisiones, que pueden provocar un estado de “anomia” con imprevisibles consecuencias políticas, sociales y económicas, en el caso de no exhibir celeridad en sus actos más puntuales de gestión, tales como la seguridad ciudadana y la inclusión social.
Apenas iniciada la gestión del Presidente Ollanta Humala, este y su Primer Ministro Lerner en particular, de acuerdo a lo que se puede apreciar, ya se encontrarían, esperemos que no, ante un presente cargado de incertidumbres, pero final y felizmente, al frente de la nave llamada PERU y de cara al futuro. Estamos seguros de que será para bien de todos los peruanos, en especial de la juventud y de los que menos tienen.
En un breve diagnóstico sobre el Perú, en su primer mensaje a la nación, ha señalado el Presidente Humala con humildad y sencillez que trasciende desde ya la historia…”Nuestro país trabajador, honrado y diverso, se encuentra fracturado y herido. Sufre el abandono de los políticos y de un Estado insensible, burocrático y centralista. Un Estado que le ha dado la espalda al interior del país, un Estado que sufre de mal de altura o soroche y que se niega a subir los andes y extenderse en nuestra amazonia. Un Estado acechado por la corrupción y el despilfarro, alejado de sus ciudadanos, incapaz de protegerlos de la violencia y la criminalidad. Sueño con un Perú donde la vida no sea un riesgo, donde las ciudades sean espacios seguros donde el ciudadano se encuentre protegido. Para esto necesitamos más estado, más patria y que la corrupción sea sancionada….Sin embargo, transformar el país no es tarea fácil. No solo porque el cambio es siempre una tarea de multitudes, sino porque también implica enfrentar y superar nuestros problemas, proponer una nueva manera de convivir”.      

En un tema medular y crucial para la construcción de un nuevo Estado-Nación y reconocido como la “gran Transformación” ha sostenido:…”Evoco aquí nuevamente la figura de Haya de la Torre  y su legado, plasmado singularmente en la Constitución de 1979, la ultima constitución de origen democrático, a la que muchos no la han respetado y por eso la olvidan, que constituye para mí una verdadera inspiración por su contenido nacional, democrático y de libertad”.

También como fundamento de la funcionalidad del país, ha mencionado que su administración será un gobierno para todos y recordando a Mariátegui, no habrá calco ni copia, sino creación heroica y eso es lo que el Perú espera desde hace 190 años y se hará a través de un Estado promotor del crecimiento y del progreso social, priorizando la educación, salud y nutrición infantil, mejorando las condiciones de trabajo, en especial de los CAS y servicios no personales, invirtiendo en infraestructura, en escuelas, en postas médicas, en cunas y mejorando el salario básico.

Importante y fundamental para una nueva “visión de país” han sido sus expresiones:….”Asimismo, avanzaremos profundamente en la política de ordenamiento territorial que nos permita establecer de manera participativa el uso racional de nuestro territorio. Las ganancias extraordinarias de las empresas mineras deben contribuir al esfuerzo nacional en pro del combate contra la pobreza. Los contratos serán respetados y la negociación permitirá, no lo dudo, y repito no lo dudo,  que esta significativa contribución beneficie a todo el país.

En cuanto a la necesidad de reforzar un “Estado de bienestar” ha sostenido que:…Reconstruiremos una verdadera Marina Mercante del Perú para ejecutar lo que dispone la Ley de Reactivación y Promoción de la Marina Mercante Nacional. Fortaleceremos el SIMA y ENAPU como empresas eficientes y buscaremos que la construcción de más aeropuertos se oriente también hacia el fomento el turismo. Tomaremos las medidas necesarias para que el Perú tenga su línea aérea de bandera y que el mercado aéreo comercial sea más abierto y de mayor competencia, sobre todo para abaratar y ampliar la comunicación al interior del país. En el campo de la infraestructura, se proseguirá con la ejecución de obras viales como los proyectos IIRSA Interoceánica del Sur, Interoceánica del Norte, los programas Costa-Sierra y apoyaremos la elaboración y construcción de proyectos ferroviarios. El gobierno nacional será el principal aliado de los gobiernos regionales y locales. Una de nuestras primeras medidas será la instalación de un mecanismo de relación fluida del gobierno con los presidentes regionales, incluyendo el reconocimiento de la Asamblea de Gobiernos Regionales.

Para la ejecución de las políticas públicas nacionales, el gobierno realizará reuniones descentralizadas buscando el diálogo con las autoridades regionales, alcaldes y representantes de la sociedad. Los compromisos de mutua obligación serán objeto de seguimiento desde el gobierno. Consolidaremos el proceso del presupuesto participativo. Fomentaremos la vigencia de los Consejos de Concertación Local y Regional ahora debilitados y en algunos casos hostigados, como expresión de un enfoque de gestión compartida. En el caso concreto de Lima, que ha crecido de forma desordenada y caótica, daremos continuidad a la inversión en transporte público en la ciudad.

El gobierno siente que uno de los graves problemas que provoca temor y frustración en las personas es el de la inseguridad. Se arrastran en ello 30 años de fracasos y muy pocos éxitos y los que sufren las consecuencias de la violencia del crimen organizado, el narcotráfico y el pandillaje son los más pobres. Queremos cambiar esa historia de ausencia de liderazgo político y la carencia de una política de estado eficaz en esta materia. Es necesario desterrar la idea de que la inseguridad es un problema exclusivo de la policía. Por eso anuncio que así como el Presidente de la República preside el Consejo de Defensa Nacional, presidiré también un Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana y Política de lucha contra la Criminalidad para darle un carácter multisectorial.

Activaremos un Servicio Policial Voluntario, equiparemos y conectaremos a las comisarías a la red digital, estableceremos penales fuera de Lima y de las principales zonas urbanas del país implementaremos el trabajo físico para condenados por graves delitos…. En mi gobierno no habrá perdón para violadores, ni para ningún delito cometido contra un niño o una niña.

La corrupción es para nosotros un elemento que debilita al Estado y afecta su desarrollo. Es, por lo tanto, un problema de seguridad. En tal sentido, defiendo la imprescriptibilidad de los delitos de corrupción en agravio del Estado y la  inhabilitación a perpetuidad contra sus autores o cómplices para el ejercicio futuro de cualquier función pública; y defiendo la eliminación de los beneficios penitenciarios en los casos de corrupción.

A MANERA DE CONCLUSION

Hasta aquí, todo lo expresado por el Presidente Ollanta Humala, nos permite recordar y reconocer que lo local, como territorio ecológico geográfico y económico productivo, como espacio de interacción de los actores sociales e institucionales y como instancias de gobierno y construcción social del desarrollo, es la dimensión más adecuada porque en él, se tornan concretos, accesibles y operables las diversas dimensiones en su articulación y sinergias generadoras de desarrollo.

En este siglo XXI, en que asistimos a la mayor y más acelerada revolución científica y tecnológica, nuestro país, no puede seguir a la espera de los más profundos cambios de sus actuales estructuras jurídicas, sociales, institucionales y políticas, en búsqueda de nuevos parámetros de equidad para acceder a los beneficios a favor de la mayoría de peruanos, en momentos en que la aspiración de justicia recorre cada uno de los rincones del país como sustento ético de generación en generación y hoy más que nunca vigente, pero también factible.

Sí hemos llegado hasta aquí, es porque hemos escogido el cambio y la esperanza por encima del miedo y la mezquindad oportunista de algunos y además porque estamos seguros de que el presente, es un tiempo extraordinario que desafía nuestra imaginación y creatividad, nuestra actitud y disposición hacia el cambio, la innovación y la competitividad del Perú, que exige de nosotros el leal compromiso en la búsqueda del largo plazo en pos del desarrollo humano y sostenible.

Finalmente lo dicho por el nuevo Presidente de nuestra nación aún joven, nos debe orientar al fortalecimiento y protagonismo de la sociedad civil, mediante la transferencia de poder y capacidad de  decisión hacia los espacios locales y regionales, hasta hoy concentradas de gran manera en estructuras estatales y de gobierno egoístas perversas y corruptas, muy bien el ordenamiento territorial y el apoyo al transporte para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y no debemos asustarnos cuando se nos habla de impulsar el apoyo al SIMA-PERU y a la creación de una poderosa marina mercante nacional, así como de la creación de una Línea de Bandera con el propósito de fortalecer un Nuevo Estado Nación de Bienestar. Aquí no se trata solo de reformar el Estado, como hasta hoy se ha hecho y se sigue pregonando “achicándolo” o empequeñeciéndolo para servicio de unos pocos, reduciendo y castigando el salario de sus trabajadores o rematando sus bienes o empresas al mejor postor previamente elegido, sino de transformar la perversa relación que nos han impuesto ante la sociedad. Se trata de desprivatizar al Estado Peruano, que ha funcionado como garante de un modelo neoliberal y de los intereses de unos cuantos, para dotarlo de una misión que responda a los intereses de la sociedad peruana a la que se debe. Se trata de convertirlo en un instrumento facilitador y promotor del acceso a las oportunidades, en especial de los que hoy están excluidos y en la pobreza.




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