miércoles, 10 de agosto de 2011

Gobierno, Estado, políticas públicas y corrupción

En su mensaje a la nación, el Presidente Ollanta Humala ha sostenido que los ciudadanos sufrimos el abandono de los políticos por causas de un Estado insensible, burocrático y centralista. Un Estado acechado por la corrupción y el despilfarro, alejado de sus ciudadanos, incapaz de protegerlos de la violencia y la criminalidad. Ha señalado que necesitamos más Estado, más patria y que la corrupción sea sancionada, que la realidad nos interpela diariamente y nos exige un nuevo contrato social que haga posible la convivencia armoniosa de todos los peruanos. Para la ejecución de las políticas públicas nacionales, el gobierno realizará reuniones descentralizadas. En el caso concreto de Lima, que ha crecido de forma desordenada y caótica, daremos continuidad a la inversión en transporte público en la ciudad y en el caso de los inmigrantes ha ofrecido la defensa consular de los peruanos en el exterior; así como, presidir el Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana y Política de lucha contra la Criminalidad para darle un carácter multisectorial, entre muchas otras medidas de política anunciadas. Semejante tarea, no solo merece ser aplaudida, sino también apoyada, con el sólo propósito de que la palabra empeñada en el proceso de construcción de Estado-Nación, no se convierta en una nueva frustración nacional.

Ahora bien, sin el ánimo de promover contradicciones de ningún género con lo dicho por el Mandatario Humala y tratando los temas propuestos desde un enfoque tradicional de Estado-Nación, se debe reconocer que resulta muy difícil diseñar y gestionar políticas públicas efectivas, más aún sabiendo que, ni el gobierno nacional, ni la administración pública tienen las capacidades, la inspiración, la legitimidad, ni la confianza suficiente de la ciudadanía para diseñar y gestionar políticas. Entonces, resulta justificada la decisión de la nueva administración acerca de la urgente necesidad de impulsar procesos de modernización y de Reforma del Estado, no solo a nivel de la administración pública como generalmente se entiende, sino también a nivel del gobierno y de nuestra propia cultura política.

Lo señalado sin duda alguna, implica un esfuerzo y una tarea sin precedentes, si consideramos que el país se encuentra inmerso en un proceso de descentralización con niveles de gobierno regional y local, en cuyas instancias es difícil, por no decir imposible, hallar un solo referente que aplique diseños y gestión de políticas públicas. Sobre el particular, es importante acotar que, en los 26 Gobiernos Regionales reconocidos por su ley de creación N° 27867 y su ley modificatoria N° 27902 para regular la participación de los alcaldes y la sociedad civil; las 194 Municipalidades Provinciales y las 1826 distritales, regidos por su ley N° 27972, todos hablan de políticas públicas, pero muy pocos saben a ciencia cierta que son, para que sirven, como se diseñan y que consideraciones intervienen en su elaboración, implementación, administración, control y ajuste entre otros aspectos. Además carecen de capacidades para solventar proyectos de inversión tanto regional, como a nivel local, tampoco se evidencia capacidad, menos calidad en la ejecución del gasto.

Si al dramático estado de las capacidades en los gobiernos regionales y locales, le añadimos la controversial política de tener que articular la gestión sectorial del gobierno nacional, que separa y divide a otra de carácter espacial – territorial, encontramos que el avance de las unidades de gobierno descentralizado será largo, penoso y difícil. El nuevo gobierno como una forma de reparar decisiones irresponsables de la administración anterior, debería reactivar el Consejo Nacional de Descentralización (CND) creado por mandato de la Ley de Bases de la Descentralización-Ley 27783, artículos 23 y 24, con la finalidad de supervisar, conducir y monitorear el proceso, lamentablemente esta institución fue criticada como burocrática e ineficaz por el gobierno de Alan García. Por lo que, el 24 de enero de 2007, el CND fue abolido y reemplazado por la Secretaría de Descentralización, como dependencia adscrita al Despacho del Primer Ministro, mediante el Decreto Supremo Nº 007-2007-PCM, Artículos Nº 1, 3.

El proceso de descentralización, es uno de los más profundos que haya emprendido el Estado peruano y debe replantearse en sus estrategias para lograr competitividad y equidad, en el desarrollo del país como una forma de acabar con la exclusión, la marginalidad y la pobreza, evitar la corrupción que empieza a propagarse en cada uno de estos espacios, debido a los ingentes recursos presupuestales (Véase gráficos 1 y 2) que estos manejan y ante las carencias de un ente de control inoperante como lo es, la Contraloría General de la República


A Manera de conclusión
 Diferentes estudios muestran que la confianza en las instituciones públicas, tanto de Perú, como de América Latina, tiende a ser, en promedio, la más baja del mundo1. Si bien en Perú, la introducción de la gestión por resultados parece ser el elemento prevaleciente para reconstruir esta confianza pública, mejorar la calidad de las políticas públicas es un paso clave que contribuye al mismo objetivo.

 En el Perú, la administración del Presidente Ollanta Humala para poder cumplir con sus ambiciosas metas, debe enfrentar al menos cinco desafíos importantes: (i) Capacidad técnica insuficiente en el centro del gobierno para formular políticas o evaluarlas ex–ante o ex-post – por centro de gobierno nos referimos a la autoridad política en la cumbre del poder ejecutivo, usualmente ubicado en la oficina del primer ministro o presidente, pero es importante destacar que las secretarías centrales (por ejemplo, oficinas de gabinete) y ministerios (por ejemplo, Hacienda) brindan soporte administrativo vital al centro; (ii) Poca coordinación entre políticas sectoriales, lo que conlleva a políticas inconsistentes e incoherentes; (iii) Bajos niveles de impugnabilidad durante la formulación de políticas, ya sea dentro del ejecutivo, desde el legislativo o desde fuera del sector público; (iv) Desconexión entre la formulación y la implementación de las políticas; y (v) Si bien la política influye fuertemente en la formulación de políticas públicas en el caso de Perú, estas deben ser consensuadas en el Foro del Acuerdo Nacional.

1 Blind (2006) y Arizti et al. (2010)
2 LA FORMULACIÓN DE POLÍTICAS EN L A OCDE: IDEAS PARA A MÉRICA L ATINA.


2 comentarios:

  1. Considero muy apropiadas las definiciones expuestas, sin embargo creo que la descentralización debiera ir acompañada de una reforma del estado eficiente y de abajo hacia arriba. Todo en nuestro pais se empieza de arriba hacia abajo y cuando se llega al del nivel mas bajo se concluye en el final de la gestion de los 4 años.es decir, ya no se puede aplicar las reformas o a veces son draconianas y tenemos gobiernos como los de los ultimos años que se la pasan cambiando medidas o proponiendo nuevas politicas.
    Como experiencia gubernamental sabrá que los consejos multisectoriales son el saludo a la bandera, ya que solo el ponerse de acuerdo entre 5 o 6 ministerios es como haber encontrado la aguja en el pajar. tenemos que cambiar nuestra mentalidad de todo lo anterior es malo, por lo tanto debo cambiar todo desde ahora.
    El pais requiere con urgencia cambios, pero no desde los consejos multisectoriales, sino desde las cabezas que van a tomar decisiones inmediatas, el pueblo no espera cambios a largo plazo y lentos;estas debieran ser politicas de estado como la educacion y la salud por ejemplo, el pueblo requiere cambios inmediatos y se pueden hacer si cada sector hace su chamba y deja de "usmear" en lo que el otro no hace o hace poco.
    Necesitamos buenos gerentes en las cabezas de las organizaciones para el desarrollo pero con ansias de ganar objetivos importantes, no objetivos personales que terminan siendo fuguretismos desproporcionados. Esto implica compromiso real y personal, no la gallina de los huevos de oro.
    Necesitamos tambien un organismo rector de la planificación seria y para el estado, no para el gobierno de turno solamente, asi podremos saber en meses qué es lo que necesitan cualquiera de los 26 gobiernos regionales o cualquiera de los 1900 gobiernos locales.
    Aun no podemos esperar eficiencia en lo gobiernos locales cuando quienes los dirigen apenas conoce el termino eficiencia, es por eso que indico que debemos empezar por fortalecer los gobiernos locales, no desde el centro de la capital, sino desde ese lejano punto de gobierno, fortaleciendo no solo capacidades sino esa filosofia que se va perdiendo dia a dia esperanza e ilusion de ser parte de un gran pais. ese pais para todos, no el que permitió que se llenaran las arcas personales sin pensar en el niño de la comunidad que con solo una buena inversion saldria de la pobreza.
    finalmente debemos exigir que los funcionarios de saco y corbata del centro de la capital salgan a trabajar y conocer nuestro peru profundo, no solo el del libro, sino el de las cifras que indican 37% de desnutricion cronica en los menores de 5 años.
    Gracias por iniciar un debate de opiniones.

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  2. Es verdad, necesitamos voluntad política y liderazgo en la conducción del país, cuando la cabez falla, nada funciona.

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