martes, 30 de octubre de 2012

Entre Conga y La Parada: La patria no vale nada



LA PARADA-Jueves, 25 de Octubre 2012
La barbarie de “La Parada”  provocada con delincuentes rentados por los grandes comerciantes y azuzada por conocidos políticos, con amagos y rumores de saqueos, caos y violencia en la ciudad de Lima, felizmente conjurada por la Alcaldesa de Lima Susana Villarán, con el apoyo de la PNP,-hay que reconocerlo- nos recuerda que hace 193 años “LA PATRIA NO VALE NADA”. Todo ello como embriogénesis maligna  de un Estado inepto, infestado de corrupción crónica e indiferente en el cumplimiento de los fines primarios que se le reconoce, con una población,  que es asaltada día a día por la inseguridad, el miedo al caos y la violencia generalizada, como resultado de una pirámide de ingresos inicua y plana en su base, pero afilada en su punta y que refleja la miserable desigualdad entre peruanos. Quienes gobiernan se resisten a entender, que en el Perú de hoy, los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres, entre ellos, el lumpen, la delincuencia, el crimen organizado también crece y son rentados por los primeros e incluso por el Estado, que con urgencia hay que reformar.
Entre CONGA Y LA PARADA, hay un Estado ágil para las decisiones fundamentales relativas a la gran propiedad, la inversión pública amarrada, la determinación de políticas económicas con “perro del hortelano” incluido. Y hay otro Estado, “el social”, para mantener a raya el descontento y la grita social  mediante la politización de las necesidades, la manipulación y la propaganda. No ha podido, en cambio, cumplir con sus deberes elementales para con la democracia; hacer crecer y distribuir, hacer respetar al Perú como nación, cumplir con dar igualdad ante la ley y calidad de ciudadanos a las crecientes masas de peruanos.
En este contexto  y sin mezquindad, hay que desearle éxitos a la gestión de Susana Villarán por lo de la Parada, ahora y casi de inmediato en la “ordenación del transporte urbano y la seguridad ciudadana”; la carga de problemas heredados es muy grande,  la ciudad de Lima, no es, expresión, ni modelo de articulación y armonía, sino de segregación, exclusión y con frecuencia de caos y violencia. Dentro de este análisis, no podemos dejar de decir, que Lima se ha convertido en una gran urbe conurbada y policéntrica con más de 10 millones de habitantes y en donde, si bien es cierto, que la modernidad y el crecimiento económico de los últimos años, ha dejado sentir sus impactos en la ciudad capital; que no obstante, subsisten altos niveles de inequidad, pobreza y pobreza extrema, que interpelan el modelo de desarrollo que se observa en esta última década. Lima jamás ha tenido un modelo de planificación, existe un déficit acumulado de cobertura y gestión de servicios básicos, que las distintas administraciones metropolitanas y distritales han venido postergando desde hace varias décadas.
La visión de Lima – Ciudad, tiene como base la gestión política, administrativa y del territorio, en tal sentido, tenemos que reconocer que, el cierre de La Parada se ubica en la dirección correcta, ella se dispuso en ese lugar, allá por los años cincuenta del siglo pasado, cuando los aún extramuros de la ciudad de Lima así lo imponían, además, si apenas contaba con un millón de habitantes. Hoy Lima concentra el 30% de la población nacional, la mitad, en distritos que hace cuarenta años no existían u ocupaban un espacio muy limitado. La Lima del siglo XXI demanda no solo modernos y grandes edificios, viaductos y pasos a desnivel, sino transformar con imaginación las relaciones entre quienes viven en ella, articulando sus lazos con las demás regiones, convirtiéndose en una ciudad que defina con precisión el rumbo del proceso de descentralización y de regionalización del país.
Es por eso, que el impulso de consolidar un mercado mayorista de alimentos formal y organizado, empieza a recoger el apoyo y el reconocimiento de todos los limeños que ven en la medida, una posibilidad de mejorar la calidad y los precios en la distribución de los alimentos de primera necesidad, poniendo a raya a grupos de poder económico y mafias, que con el apoyo de malos políticos y de la mayoría de medios de comunicación, cuyos protervos fines, es impulsar la revocatoria en el cargo de Susana Villarán en detrimento de los intereses de las grandes mayorías de limeños, en especial de los más pobres y excluidos de la ciudad.